Dejando que el tiempo quede atrás

Llega septiembre, que para algunos trae las habituales depresiones y las también corrientes conversaciones sobre la duración real del verano (“¡no digáis que se ha acabado, dura hasta el 21!”) y el segundo advenimiento del año (uno empezaría en enero y el otro ahora en septiembre, que además lo hace con un perfect, siendo el día 1 un lunes). Sobre este segundo año nuevo y sus propósitos hablaba hace unos días Delia Rodríguez en El País.

En cualquier caso, y como en general es cierto que una mayoría de gente se incorpora a sus (argh) rutinas, aprovecho para recordar algunas de las cosas de las que he hablado por aquí durante estas primeras semanas:

Vuelvo a animar a a quien así lo desee a dejar comentarios, aunque soy el primero que participa cada vez menos en la conversación (así, en general). Lo que sí vuelvo a reiterar es que dicha conversación preferiría que no fuera en las redes sociales. La idea es que mi cuenta personal de Bluesky acabe desapareciendo (o esté inactiva) y que la otra que finalmente he creado ex profeso para el blog sirva solamente para anunciar las entradas nuevas, pero para hablar prefiero por aquí (aunque en cualquier caso, siempre contestaré, faltaría más). Recuerdo también que es posible suscribirse por RSS o recibir los viernes un correo con las entradas publicadas esa semana.

Otra idea es que Recuerdos de Suiza también pueda servir como un espacio abierto: si alguien quiere compartir algo, escribir un artículo sobre su peli favorita, recomendar un grupo que le encanta, tiene una historia que contar… pero no quiere abrirse un blog, un Substack o una web simplemente para eso, le cedo este espacio si quiere para publicar. Yo encantado de tener invitados.

Gracias y feliz septiembre.

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