Isaac Rosa en elDiario.es (del 03/11/2025, para socios y socias, aquí la versión liberada).
Parece que el catolicismo vuelve con fuerza, la religión es la última tendencia, lo católico está de moda, los jóvenes andan huérfanos de espiritualidad y se acercan con interés renovado y sin prejuicios a la Iglesia Católica, los tiempos convulsos nos empujan hacia Dios como ancla firme, regresamos a lo sagrado… Digo “parece”, porque yo no me había dado cuenta de nada hasta que en la última semana he leído dos docenas de artículos apuntando todos en esa dirección y casi con los mismos argumentos.
[…] Pero no, no van por ahí los tiros, son otras las manifestaciones de esa vuelta del catolicismo.
En uno de los artículos señalaban dos ejemplos claros: el nuevo disco de Rosalía, en cuya portada aparece vestida de algo parecido a una monja, y la última película de Alauda Ruiz de Azúa, “Los domingos”, sobre una joven que quiere ingresar en un convento. Ah, bien, interesante, pensé. En otro artículo citaban a Rosalía y “Los domingos” como manifestaciones del fenómeno. En un tercer artículo, “Los domingos” y Rosalía. En el cuarto, el quinto y el sexto artículo coincidían en presentar como síntomas del nuevo momento religioso a… Rosalía y “Los domingos”. Acabáramos.
Resulta que el último fenómeno social, la tendencia irresistible, el cambio de época, el inesperado giro generacional, el gol en las Gaunas del catolicismo que vuelve con fuerza, se apoya en solo dos obras recientes, coincidentes en el tiempo por mera casualidad, muy distintas entre sí y de dudosa intencionalidad religiosa: una película entre cientos, que habla más de relaciones familiares que de iluminaciones espirituales; y una cantante que lleva años reinterpretando fetiches del imaginario tradicional. Algún columnista añadía, alzando un poco la ceja intelectual, al filósofo Byun-Chul Han. Y para de contar.
[…]
Leyendo estos días la vuelta del catolicismo, yo me acuerdo de cuando se decía, con el mismo rigor y convicción, que renacía el orgullo de ser español, que los barrios obreros votaban en masa a la ultraderecha, o que las jóvenes querían ser tradwives y quedarse en casa criando hijos y con la cena preparada para el maridito. Afirmaciones todas tan discutibles como esta de ahora del catolicismo regresado; y diría que pronunciadas por los mismos autores y en los mismos medios, en lo que parece una y otra vez una suerte de wishful thinking, o incluso un intento de profecía autocumplida: a ver si de tanto repetirlo, se acaba haciendo realidad. Que de tanto decir que los jóvenes van a misa, acaben yendo.






