Fotos de Xavier Amado.



Fotos de Xavier Amado.



Hace unos días se conocía la muerte de Luis Badenes, cantante del grupo valenciano Glamour, que se dio a conocer en 1981 con este clásico tecno-pop neorromántico (todo eso) titulado «Imágenes».
El periodista (también valenciano) Rafa Cervera ha recuperado los negativos de las fotos del fanzine Estricnina, que realizó él mismo en aquella misma época, entre 1982 y 1983, con entrevistas y sesiones improvisadas a figuras de la escena madrileña como Carlos Berlanga, Pedro Almodóvar, Ana Curra o Bernardo Bonezzi. Cervera había dado estas fotos por perdidas, pero ahora han sido restauradas digitalmente a partir de los negativos originales, y ha decido imprimir una selección en tiradas limitadas, que están disponibles en Las fotos de Estricnina.





El pasado junio, Joan Vich anunciaba en Bluesky otro fallecimiento, el de su amigo Alejandro Caja, novelista, ensayista y poeta. No tuve el gusto de conocerlo, ni siquiera nada de su obra hasta entonces, pero el soneto de Alejandro que Joan dejó a modo de homenaje me dejó profundamente tocado.
Su también amigo Luis de Benito le dedicó un programa en Radio 3, muy emocionante y lleno de afecto.
Me ha encantado este mashup, está superbién hecho, aunque claro, también hay que tener en cuenta que parte de dos temazos como «West End Girls» y «Unfinished Sympathy». «Con buen pijo, bien se jode, ¿no sabes?», que decía la Madonna chanante.
Massive Attack & Pet Shop Boys – Unfinished Sympathy/West End Girls (Matt One 2025 mashup) (Reddit)
Decía yo el otro día que «la memoria […] no es más que un puzzle arrojado sobre una mesa al que le faltan piezas que vamos rellenando creativamente. Que lo que no recordamos bien, nos lo inventamos, vamos, y que además eso cada vez se va convirtiendo más en un teléfono escacharrado mental y en un abismo entre lo realmente sucedido y lo supuestamente recordado». Que eso no se me ha ocurrido a mí solo, obviamente, pero me ha hecho gracia que Isaac Rosa en un artículo publicado estos días haya utilizado también la metáfora del teléfono escacharrado, que ahí sí pensaba yo de modo iluso que estaba siendo un poco original.
Eso que dice la neurociencia de que cuando recordamos un suceso, en realidad lo que recordamos es el recuerdo que elaboramos la última vez que tratamos de recordarlo, valga el trabalenguas. Mis diecisiete que yo le cuento a mi hija con toda viveza, en realidad son una vieja retahíla que ha ido cambiando en cada recuento, cual juego del teléfono escacharrado.
Hay muchas otras cosas ahí que suscribiría yo perfectamente (aunque no tenga descendencia).
Pero mayor es la distancia entre aquel adolescente que fuimos, y los adolescentes de hoy. Mi propia hija. Por mucho que queramos creer que la juventud es la misma en cada época (y en cierto sentido lo es, sin paradoja), y por más que los cuarentones y cincuentones de hoy nos sintamos eternamente jóvenes (no lo somos, y siento decirte que tus hijos te ven tan mayor como tú veías a tus padres entonces), mis diecisiete de 1991 están tan lejos de los diecisiete de mi hija, como lo estaba yo entonces de los diecisiete de mi padre. O seguramente más, por la aceleración de estas décadas, no solo aceleración tecnológica.
Me hace gracia pensar que para mi hija el Nevermind de Nirvana es tan antiguo como lo era para mí el primer disco de Elvis Presley: la misma distancia en años desde nuestras respectivas adolescencias. La caída de las Torres Gemelas que sacudió mi juventud es tan histórica para ella como lo fue para mí el mayo de 1968. A veces no nos damos cuenta, porque vivimos acelerados y a la vez atrapados en un eterno presente: los mismos grupos de mi adolescencia siguen hoy tocando en festivales, la industria cultural se alimenta de remakes y reboots, y la política más reaccionaria nos vende nostalgia. Pero por muy cercanos que nos sintamos ella y yo, no vivimos en el mismo mundo. Y por bien que nos entendamos, no hablamos el mismo idioma. Ningún lamento en que sea así, ley de vida.
Yo no idealizo mi juventud, ni se la deseo a mi hija. Su futuro no está en mi pasado. No sé si su tiempo es más o menos difícil que el que me tocó a mí, las comparaciones históricas no suelen funcionar bien, y me pongo en guardia ante cualquier frase que comience con “en mis tiempos…”.
Esta última frase me ha hecho recordar otra de esta entrevista a Yolanda Ramos (las negritas son mías y no puedo estar más de acuerdo).
P. La película reivindica a la llamada «generación de cristal».
R. No me gusta ese término. El primer síntoma de que te estás haciendo viejo es cuando empiezas a criticar a los jóvenes, cuando te metes con unos niños que no tienen ninguna esperanza ni en el trabajo ni en nada. A mí me rompe el alma ver a un adolescente llorar, excepto a la mía [risas]. Tiene 13 años, una edad muy complicada. Si acaba llorando, es porque me ha dado por saco.
P. ¿Por qué subestimamos a los jóvenes?
R. Siempre pasó. En mi época era porque no sabíamos lo que habían pasado nuestros abuelos en la guerra. Yo nunca le digo a mi hija: “Si te hubiera tocado mi tiempo”. No quiero que le hubiera tocado mi tiempo.
David Bowie en 1980 siendo effortlessly cool, como solo él sabía.

David Bowie in Kyoto, Japan, 1980 📷 Masayoshi Sukita (Andy Mackenzie en Bluesky)
[Paul] Jasmin helped define the visual language of Los Angeles, staging moments of youth and intimacy against the soft glow of the city’s ambient warmth
Jasmin had a long career as a fashion and art photographer. He was born in Helena, Montana, and in 1954 left to begin a journey that would take him to Paris, Morocco, New York and, eventually, ‘the city of dreams’. He turned to photography in the 1970s, encouraged by his friend Bruce Weber. His work distills a precise and evocative vision of beauty




Young and in love: an intimate look at Los Angeles – in pictures (The Guardian)

Concha Velasco en Gran Vía, c. 1965

Cristina Gaioni en El Rastro, c. 1965

Doris Coll en Plaza de España, 1966

Audrey Hepburn de compras, ‘Mantequerías Leonesas’, Madrid, 1964
La exposición Madrid Icono Pop, 1964-1979, que recoge fotografías realizadas por el fotógrafo italiano Gianni Ferrari durante los años 60 y 70 está en la Sala Cristóbal Portillo del Complejo Cultural El Águila de Madrid hasta el 21 de septiembre.

Paulene Stone, 1960

Michael Caine, 1965

David Bowie, 1972

Anjelica Huston y Manolo Blahnik, 1973
Michael Caine, Bowie and more: David Bailey’s iconic pin-ups – in pictures (The Guardian)
La exposición retrospectiva “David Bailey’s Changing Fashion”, dedicada al fotógrafo británico, está en el Centro MOP de A Coruña hasta el 14 de septiembre.

Simon with a young Neil Tennant when he was a columnist for Smash Hits magazine in 1983, a year before Pet Shop Boys’ official debut (Reddit)
Relacionados:
Yootha Joyce leyendo Cumbres borrascosas (visto en Bluesky).

Y aquí en la portada y contraportada del single de «Ask», de The Smiths (que yo creo que fue la primera canción que escuché en mi vida de los Smiths, bastantes años antes de volverme loco por los Smiths).


Dos de mis cosas favoritas de la vida (artista y ciudad).



Fotos de Alfredo García Francés.
Viajes con famoso incorporado: El caso Carlos Berlanga (El País)
New York-based photographer Eric Kogan uses shadows, reflections and fortuitous timing in order to create optical illusions in his work. “It’s more of a life’s journey than a project,” he says, “but if I had to describe it, it’s all about spotting unusual moments in everyday places.” In his daily walks around the city, he keeps an eye out for interesting juxtapositions or humorous framings: a pigeon balancing on a ghostly tree; a cloud caught in a net; statues miraculously coming to life. “At the root it’s about seeing, but maintaining the right state of mind is also everything. I’m hoping the photos will connect with others, and, with each individual, take on personal narratives.”




Now you see it: Eric Kogan’s everyday urban illusions – in pictures (The Guardian)