Categoría: Música

  • Nina Raku

    Esta es una de esas canciones que aparecen en mi playlist de novedades sin que sepa muy bien de dónde han salido exactamente. No es una playlist algorítimica, sino una que me voy haciendo yo semanalmente picoteando de otras que hay por ahí y de cuyo gusto me fío.

    Haciendo una búsqueda rápida, he visto que es el tercer adelanto del que será el EP de debut de esta artista malagueña llamada Nina Raku y que la (brillante) producción corre a cargo de Juan Sueiro, productor que ha trabajado con un montón de artistas ―es el corresponsable del Indicios de Carlos Berlanga, nada menos― y fue miembro en su momento del grupo SPAM.

    Es una canción que ha acabado gustándome mucho, a pesar de que al principio me parecía más sorprendente que otra cosa (lo cual también puede ser virtud per se). Pero, sí, además es un grower.

    (Prueba esto es una serie dedicada a nuevos artistas españoles que voy descubriendo, puedes ver las anteriores entradas pinchando en la etiqueta de debajo o directamente aquí).

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  • La nostalgia imaginada

    Coincidiendo con el 86º cumpleaños de Álvaro Pombo, Hidrogenesse publicaban esta maravilla titulada «Imaginado es todo», la primera de las canciones de un álbum que próximamente dedicarán por completo a musicar poemas del escritor español, que ganó el Premio Cervantes el año pasado.

    La admiración de Hidrogenesse ―y más en concreto de Genís Segarra― por Álvaro Pombo no es nueva. Recordemos que uno de los álbumes de Astrud, grupo del que también era componente Genís, tomaba su nombre de un verso de uno de sus poemas, que aparecía reproducido en los créditos del disco.

    Yo dije la verdad lo dije una y otra
    vez a todo el que quiso oírme
    e incluso varias veces a quienes
    no querían oírme no fue un gesto
    excesivo ni me costó trabajo
    sencillamente decidí repetir
    lo que había

    dicho tantas veces ya cuchicheándolo
    en los pequeños oídos
    de las lagartijas
    como un ave desafortunada
    que entona varias melodías
    ligeramente indecisas
    y ninguna emitida para ser escuchada
    o deleitar o entristecer al hombre

    Nada en realidad ha sido pensado
    para que tú lo entiendas
    ningún jeroglífico se dibujó
    minuciosamente para que tú
    te perdieras
    ningún tesoro se escondió
    para que tú lo encontraras

    Tú no existes.

    El otro día encontré en Youtube este fragmento de una entrevista de 2007 (en catalán) en el programa L’hora del lector de TV3, en la que Genís y Manolo, el otro componente de Astrud, hablaban de sus influencias literarias. Ahí está ya Álvaro Pombo, pero también ―cómo no― Noam Chomsky, Góngora o Douglas Coupland, de quien Astrud tomaron prestado otro célebre título, «La nostalgia es un arma». Pero igual de eso hablaremos otro día.

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  • Mike King

    Since the late 1970s, the US’s most prolific concert poster artist Mike King has influenced how music lovers visualize their favorite artists. A new exhibition titled Copy/Paste/Print/Repeat features some of his rarer designs at New York’s Poster House through 2 November

    From Nirvana to Vampire Weekend: the art of Mike King’s gig posters – in pictures (The Guardian)

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  • Mi canción del verano

    Adri y Paulita cuando eran adolescentes que hacían canciones perfectas y yo era capaz de cantar cualquiera de las dos voces por separado.

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  • Más rápido que un rayo de luz

    A pesar de que este año no se cumple ningún aniversario redondo de su publicación, que fue hace 27 años, parece que Ray Of Light, el que muchos consideran uno de los mejores álbumes de Madonna ―si no el mejor― se ha puesto insospechadamente de moda en 2025, con varios artículos hablando de su influencia hoy en día, como señalaba ―enlazando uno de ellos― ayer ivncnt en Bluesky.

    Un artículo de varios que están saliendo sobre la influencia de Ray of Light en la música del 2025. Lo cierto es que entre unas cosas y otras yo también lo he estado escuchando bastante en los últimos meses.

    (@ivncnt.bsky.social) 2025-08-05T18:56:56.063Z

    Ahí se habla de su sonido y de la repercusión que en general ha tenido en artistas tan de actualidad como Kelly Lee Owens, FKA Twigs, Erika de Casier, Addison Rae o JADE. También está contribuyendo a aumentar el runrún en torno al álbum que haya salido hace poco Veronica Electronica, un disco de remezclas de algunas canciones de Ray of Light que en su día no llegó a publicarse y ahora sí, y que no sé si es exactamente causa o consecuencia del renovado hype.

    La primera referencia que recuerdo haber leído este año (igual hubo otras antes) sobre el disco fue esta del famoso crítico musical británico Pete Paphides, durante el festival de Eurovisión, en mayo.

    What I've realised watching Eurovision this year is that – across Europe – this might actually be the most influential album of the last 30 years.

    Pete Paphides (@petepaphides.bsky.social) 2025-05-17T21:24:21.075Z

    Y algo que me resultó curioso es que Rockdelux rescatara el mes pasado la crítica que en su día se publicó en la revista y que firmaba Víctor Lenore, que no dejaba en muy buen lugar al disco, pero tampoco a su autor ni a sus dotes como crítico.

    “Más allá del inofensivo fondo musical, ‘Ray Of Light’ (1998) es risible por el entusiasmo con que Madonna abraza el tópico de su renacimiento místico”🔙 Hoy recuperamos la crítica que Víctor Lenore hizo del séptimo álbum de estudio de la Ciccone.

    Rockdelux (@rockdelux.bsky.social) 2025-07-15T20:59:32.623Z

    Con permiso, la reproduzco aquí:

    De Madonna me quedo con el lado animal; con la mirada que captó Steven Mesiel para la carpeta de “Like A Virgin” (1984). Solo mezclando ese punto de salvajismo con mucho trabajo duro pudo forjarse un mito como el suyo. Y solo recuperándolo, aunque sea en parte, podrá sobrevivir ahora que le toca seguir modas en vez de crearlas.

    Pero, ay, cuando el instinto deja paso al cerebro, millones de fans se echan a temblar. Aparece entonces la Madonna calculadora que firma un disco plano y estándar –“True Blue” (1986)– para demostrar que no es flor de un solo éxito. O la que, acomplejada por su condición de estrella pop, desaparece entre autocomplacencia expresiva –“Erotica” (1992)– y superficialidad literaria –“Sex” (1992)–. O esa otra que nos hace perder el tiempo con géneros –“I’m Breathless” (1990) o “Evita” (1996)– que ni la necesitan ni la reclaman. Y me temo que su nuevo disco tiene un poco de todo esto.

    “Erotica” aburrió porque contenía dos estribillos en setenta minutos. Con “Ray Of Light” se va más allá, prescindiendo incluso de las melodías. Todo aquí se diluye en las etéras secuencias electrónicas cocidas por William Orbit o en colchones sonoros sustitutivos de las baladas. Más allá del inofensivo fondo musical, este disco es risible por el entusiasmo con que Madonna abraza el tópico de su renacimiento místico; desde el sincero arrepentimiento por sus faltas (“Drowned World/Substitute For Love”) hasta doce propósitos de enmienda teñidos de esencias orientales (escucha “Shanti/Ashtangi”: puro Khula Shaker). Lo único realmente triste es que el desprecio al pasado augura que este es un viaje meditado y sin posible retorno.

    “De chica material a chica espiritual”, titulaban los periódicos tras su viaje relámpago a Madrid. No nos dejemos enredar. El verdadero dilema está en retomar la madurez felina de “Bedtime Stories” (1994) o naufragar entre lamentos de artista incomprendida.

    No voy a entrar a valorar la deriva ideológica y periodística (por decir algo) de Víctor Lenore, pero teniendo en cuenta el grato recuerdo que dejó su paso por Rockdelux, tiene bastante sentido que la intención de los responsables de la revista reflotando su reseña haya sido mofarse de él y de sus habilidades como visionario.

    Recordemos las palabras que le dedicó el director de Rockdelux, Santi Carrillo, a Víctor Lenore en este programa de Carne cruda, ante un Javier Gallego atónito, y que también transcribo (aproximadamente) después. El corte es a partir de 1:40:38 / 100:38, más o menos:

    Bueno, Víctor Lenore es una muestra clara de cómo perder los papeles y no darse cuenta en el intento, ¿no? Solo hay que ver sus artículos, esto que hablábamos de los ganchos, de los ciberganchos, ciberanzuelos… para conseguir visitas con sus medias verdades, sus rumores infundados, su periodismo basado en apreciaciones subjetivas sin confirmar, su apuntar sin disparar y otras mil cosas que van en contra del código deontológico más básico del buen periodismo.

    […]

    Es una bazofia lo que escribe Víctor Lenore, además siempre en medios totalmente de derechas, cuando él va de izquierdas. Es un puro panfleto andante, una basura como periodista, y entonces lo único que podemos decir ante estas cosas es que ya tuvimos en España ―sobre todo―, tuvimos un momento en el que el nacionalcatolicismo nos embargó de tristeza, dolor y miseria, y ahora solo falta que esta nueva izquierda, que está basada en curitas y monaguillos, nos haga todavía la vida peor basada en una normativa política, una normativa política de comisarios políticos que intentan subvertir la libertad y el gusto de la gente a nivel individual. Y este tipo es uno de ellos, que ha malbaratado toda la formación que le dimos en Rockdelux y que tuvimos ya que finalmente llamarle la atención en su sección Truco o trato, sus dos últimos años lamentables, intentando que el entrevistado respondiese lo que él quisiese ―lo que Víctor Lenore pretendía que respondiese el entrevistado, quiero decir.

    Probablemente, conociendo a Santi Carrillo, de lo único que se habría arrepentido hoy en día (la entrevista es de 2020), es de considerar a Lenore como una persona «de izquierdas». Por lo demás, creo que se despachó a gusto.

    Terminamos este viaje con la canción que daba título al álbum de Madonna con el que lo empezábamos y que ―yo también lo creo― es un discazo plenamente vigente e influyente en 2025.

    Quicker than a ray of light!

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  • She’s in Parties

    She’s in Parties ―británicos, aunque con cantante irlandesa― era uno de los grupos que más ganas tenía de ver este año, y en gran parte gracias a esta canción, que tenía en bucle ya antes de poner un pie en Brighton y que está incluida en un EP del año pasado que les produjo nada más y nada menos que Stephen Street (su interminable e impresionante lista de créditos como productor incluye a The Smiths ―también Morrissey en solitario―, The Cranberries, New Order o gran parte de la discografía de Blur).

    A veces sucede que el poder de la anticipación es tan grande que acaba ahogando la sensación final, y aunque pocas pegas puedo poner objetivamente al concierto que dieron, por alguna razón acabé conectando con ellos menos de lo que pensaba. Lo cual no quita que «The Times» me siga pareciendo un temazo y que los siga teniendo en mi radar para seguir sus próximos pasos (han publicado single nuevo hace bien poquito).


    (Esta es una serie dedicada a algunos de mis artistas favoritos de la edición de 2025 del festival The Great Escape, puedes ver las anteriores entradas pinchando en la etiqueta de debajo o directamente aquí).

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  • No me pidas

    Me preguntaba el otro día hormigo en Bluesky por esta canción, que está en el primer disco/maqueta de Tamara, de 1993, y donde ya estaban también tres de las que aparecerían años más tarde en Superestar: «Volverás a mí», «La noche» y la que daba título a la maqueta, «A por ti».

    Siempre ha habido un cierto secretismo en torno a la composición de aquellas primeras canciones; no suelen aparecer acreditadas en ningún sitio. De hecho, en una crítica que ha publicado recientemente Jenesaispop sobre Superestar (el disco) se habla de «autoría indefinida» y se indica que en el CD figura simplemente la anotación «Derechos reservados». Sin embargo, yo recordaba que, hace unos años, en una entrevista que le hizo Miguel Agnes en EPSA a Tamara (me encanta que en este revival todos volvamos a referirnos a ella por su nombre original, por cierto) se abordaba este asunto. Así que fui a buscarla y, efectivamente, a partir del minuto 10 cuenta que los temas se los compusieron dos grupos llamados 16 Válvulas y Sueños Virtuales, a los que llegó a través del estudio de grabación. Unos se encargaron de las letras y otros de la música; y, escuchando el estilo de ambas bandas, parece bastante claro que de esto último se ocuparon Sueños Virtuales.

    Por lo demás, la entrevista en sí está muy guay: Tamara cuenta detalles sobre sus inicios, la etapa de Crónicas Marcianas, Superestar, los tejemanejes de la industria y la en su momento célebre «mano negra» que supuestamente truncó su carrera. Y, como curiosidad, los temas que suenan en el podcast son de Oviformia SCI y Heroica, dos de los grupos de Lucho Prosper, y algunos de los cuales («Me odio cuando miento» y «Hombres») serían luego regrabados y popularizados por Fangoria.

    Durante la charla, en varias ocasiones se habla de la posibilidad de reeditar los discos de Tamara (ella es la dueña del máster de Superestar), pero han pasado trece años desde entonces y nunca se ha hecho. Tal vez ahora sería una oportunidad perfecta, con el tirón de la serie, aunque igual le haría perder el estatus de disco de culto por las poquísimas copias que circulan actualmente. Y tampoco estaría mal que se reeditara o regrabara la canción que nos ocupa, «No me pidas», que tiene potencial de sobra para convertirse en un hit hoy en día.

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  • Berlanga en Londres

    Dos de mis cosas favoritas de la vida (artista y ciudad).

    Fotos de Alfredo García Francés.

    Viajes con famoso incorporado: El caso Carlos Berlanga (El País)

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  • Santas

    Prueba esto es finalmente el nombre con el que me he quedado (tras descartar títulos loquísimos que me proponía ChatGPT, que no ha sido demasiado útil aconsejando) para esta sección dedicada a una de mis aficiones favoritas: descubrir nuevos artistas españoles. Y para empezar, Santas, un valenciano del que no sé mucho más, pero que sacó a finales del año pasado esta canción, un hit technopopero de los de llorar en la pista de baile y que me hace acordarme muchísimo de Ellos (siendo esto un piropazo, obviamente).

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  • (Tennant &) Tempest

    No he escuchado entero Self Titled, el nuevo álbum de Kae Tempest, solo dos de las canciones de adelanto que había sacado («Statue In The Square» y «Know Yourself», ambas magníficas), pero he visto que Neil Tennant cantaba en una del disco y me he ido directamente a por ella. Y es muy emocionante.

    I never knew
    How little I knew until I met you
    I never knew
    How perfect things were, until I was perfect for you

    Pero qué voy a decir yo, claro. Pues algo parecido a lo que comenta alguien en YouTube:

    • Aparte de este match made in heaven, aprovecho para recomendar Divisible entre sí mismo y uno, el poemario (uno de los varios que tiene Kae Tempest, aparte de otras obras literarias) que publicó el año pasado en España Arrebato Libros, en una cuidadísima edición bilingüe traducida por la también polifacética escritora y actriz Violeta Gil. Un tratado (que en ocasiones requiere de una lectura ardua y esforzada) sobre orgullo, amor e identidad.
    • Uno de los hándicaps de ir a un concierto suyo puede ser no disponer de la traducción que sí proporciona el libro, con lo que a los que no somos hablantes nativos de inglés la ametralladora verbal de Kae nos puede resultar avasalladora, pero de igual modo es una experiencia cautivadora e imprescindible. Que nadie pierda la oportunidad si se le presenta cerca.
    • Tres canciones por las que empezar con Kae Tempest: «Europe Is Lost», «I Saw Light» (con Grian Chatten de Fontaines D.C.) y «People’s Faces» (escuchar esta sin llorar es un reto para mí).

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