Etiqueta: Hidrogenesse

  • (Pequeña) historia oral de Mecano

    Esto fue publicado originalmente (por partes, e incluyendo la explicación final) en un Tumblr que tenía en 2011.

    De pequeño me gustaban en secreto –yo quería avanzar sin errores por la senda del Estilo y el Buen Gusto, y Mecano, me parecía, no eran presentables–. Creo que a Genís, por razones parecidas, le ocurría aproximadamente lo mismo. Y así estuvieron las cosas hasta que Jose Luis de Chico y Chica me hizo caer en la cuenta de lo tonto que resultaba, y que las canciones de Nacho eran realmente bonitas –dejando aparte las letras, que me siguen pareciendo un desastre–.

    En fin, me pasa con ellos lo que a tantísima gente.

    Manolo Martínez (Astrud)

    Los Mecano nos parece un grupo muy sofisticado con un sonido precioso y unos arreglos de quitar el hipo. Nos encanta su temeridad o su arrojo, al menos eso percibimos en ellos, en el uso de los estilos musicales, el lenguaje y los temas a tratar: ‘El cine’, ‘Busco algo barato’, ‘Focas’, etc.

    Cuando estamos atascados en algo nos preguntamos: «¿Qué harían Mecano con esta letra?” o “¿cómo terminarían una melodía?” o “¿qué ropa y qué pelo se pondrían en la portada?”. Nos estimula mucho pensar en ellos.

    Cantan deprisa, cantan lento y meten palabras nunca vistas donde no te las esperas. Hablan de Historia, de ligoteos, de cosas trascendentes y también de cosas más tontonas del día a día. Nos descoloca su sentido del humor. ¿Has tenido en tus manos la portada del vinilo de Descanso Dominical abierta de par en par?. Son apasionantes.

    José Luis y Alicia (Chico y Chica)

    Un amigo se echaba las manos a la cabeza cuando le dije lo mucho que me había influido Mecano en mis gustos musicales. Tuve que explicarle: con Mecano me di cuenta, muy joven, que las canciones contaban historias.

    Los tres primeros discos, para mí, son fundamentales. Especialmente el primero, donde cada tema es un hit. Siempre me engancharon cosas como el ritmo y el cambio de tono de ‘Perdido en mi habitación’. Las letras son buenas porque no solo cuentan historias, sino que marcan el ritmo, y eso es muy difícil. ‘Allí me colé y en tu fiesta me planté’ encaja perfectamente con la melodía, consiguiendo un estribillo perfecto.

    Mecano fueron modernos de verdad, la traducción española de los Nuevos Románticos, con el simple propósito de triunfar sin ningún discurso o actitud –lo que no quiere decir que los grupos con cierta actitud no me gustaran–. Supongo que por eso mismo muchos los consideran muy inocentes. Yo creo que Nacho Cano es un genio que sabía cómo hacer canciones redondas, algo bastante complicado. Todo el que se sienta a hacer canciones, en el fondo, lo sabe, aunque diga lo contrario.

    Linda Mirada

    No podemos decir que seamos fans de Mecano porque ahí había dos grupos bajo un mismo nombre. Somos fans de los Mecano de Nacho y de las vocecitas de Ana Torroja, pero las canciones de José María nos dan asquito. Toda la frescura y locura que le ponía Nacho se convertía en pompa ridícula cuando tomaba las riendas Jose María. Incluso cuando Nacho se ponía serio resultaba gracioso, pero cuando José María quería ser chistoso le salía todo redicho.

    Hemos visto hace poco el musical ‘A’ y nos hemos dado cuenta de que las canciones de Nacho, incluso en el contexto más zafio, siguen brillando.

    Carlos y Genís (Hidrogenesse)

    Es una pena que el personaje Nacho Cano, que es con quien más se relaciona Mecano, tras Mecano haya hecho sombra al grupo por su excentricidad y a veces falta de modestia, porque en mi humilde opinión Nacho Cano es, después de Carlos Berlanga, el segundo mayor talento del pop de los 80 en España, y Mecano junto a Dinarama es lo mejor que ha salido de nuestro país en esa década; había otros muchos muy buenos, pero ninguno tiene un legado tan considerable. En especial hay algo de Mecano que no se tiene en cuenta como se merece y son sus letras. Se han ridiculizado bastante por su temática sin tener en cuenta su calidad en cuanto a su forma: escribir letras que suenen bien en castellano es muy difícil por sus características fonéticas, y Mecano coge alguna historia sobre un asunto trivial y escribe letras que suenan agradables y coherentes sin recurrir a las típicas letras de ‘yo te quiero tú no me quieres’. Desde luego, para mí y para mi grupo es una influencia muy importante y nunca lo hemos ocultado, y espero que en un futuro las próximas generaciones que lo que conozcan de Mecano sea su obra y no a los personajes tengan al grupo en el lugar que le corresponde.

    Santi Capote (Ellos)

    De todas las partes de este monográfico sobre Mecano, esta es la menos importante, pero de un modo u otro tenía que contarlo. La idea de hacerlo surge hace muchos meses, cuando tras sacar uno de sus últimos artefactos promocionales (podría ser el Singstar Mecano), volví a presenciar cómo en algunos blogs muchos de sus comentaristas cargaban de nuevo con saña contra ellos, algo que ya se ha convertido en una costumbre arraigada durante los últimos años

    A pesar de verlo como algo habitual, no podía evitar sentir rabia al leerlo. Mecano fue sin duda el grupo más importante de mi infancia y adolescencia, probablemente el causante de mi temprana afición a la música. Su primer disco fue también el primero que me compré conscientemente (en casete), y un concierto de la gira de Descanso dominical mi estreno como público. Luego vinieron más, y todos sus vinilos, y aunque soy el primero en darme cuenta de su declive, también creo que posteriormente no se les ha tratado como se merecen.

    Pero es que además para mí estaba clarísima la influencia que habían ejercido en músicos que luego se convirtieron en mis nuevos favoritos, y no comprendía que gente que era extremadamente crítica con Mecano se deshiciera al mismo tiempo en elogios hacia Ellos, Astrud o Chico y Chica, por ejemplo, sin establecer ningún tipo de relación entre ambas partes. Y como no quería quedarme con la duda eternamente, decidí hacer lo obvio: preguntar. Les pedí a seis de los artistas que más admiro un pequeño y absolutamente libre texto sobre el grupo. Uno de ellos no contestó, yo creo que porque nunca llegó a leer mi mensaje (y me dio vergüenza insistir), y los otros cinco testimonios son los que han podido leer estos días.

    Quiero agradecerles de nuevo enormente a Manolo Martínez, Chico y Chica, Hidrogenesse, Linda Mirada y Santi Capote sus colaboraciones, que para mí son un auténtico honor, y pedirles de nuevo perdón por todo lo que se demoró su publicación. Y, qué quieren que les diga, me reconforta el hecho de que sus opiniones hayan contribuido a hacerme pensar que tal vez yo no estaba tan equivocado. Y por supuesto gracias también a todos los que se han pasado por el blog (muchos más de los acostumbrados), lo han leído y han mostrado su apoyo a algo que a mí me hacía especial ilusión.

    2 comentarios


  • Planes de verano

    Las crónicas veraniegas (y parisinas) de Rubén Lardín ya son un clásico. Hace un tiempo nos las regalaba en elDiario.es y últimamente están en Letras Libres, donde hace poco publicaba la primera entrega de este año («Mis planes en París son los de siempre: atender el panorama»).

    De algunas de esas crónicas pasadas he sacado yo lugares que visitar en París, como el Museo Gustave Moreau; solo estando allí pude comprender plenamente este fragmento (y corroborar que, efectivamente, es uno de los mejores, si no el mejor):

    En lugar de celadores, este, que es el mejor museo de París, cuenta con tres grandes perros negro azabache, alanos españoles perfectamente adiestrados que se ocupan de mostrar los dientes cuando sienten amenazada una pintura. Dos de ellos, sentados sobre los cuartos traseros, hacen guardia en las salas superiores, las que se corresponden con el taller del artista. Un tercero, instalado en la parte de vivienda (la casa del brujo), permanece alerta tumbado junto a la que fuera la cama del pintor, un lecho diminuto a ojos contemporáneos.

    Lardín es también (aparte de muchas otras cosas, claro) el autor de uno-de-los-mejores-si-no-el-mejor podcasts españoles, La mano contra el sol, donde también atiende el panorama: pasea, observa y cuenta (como nadie). Este es su último episodio, publicado ayer y que todavía no he escuchado:


    El único que puede disputarle el trono (como no podía ser de otra manera) es EPSA (El programa de Sita Abellán), del que siempre me enorgullezco de ser algo así como el oyente cero (ahí estoy desde 2012) o, en todo caso, de habérselo recomendado (y, consecuentemente, enganchado a él) a un montón de gente. Miguel Agnes es, probablemente, la figura más importante de la (contra)cultura española de estos tiempos y así será reconocido cuando se reescriba bien la Historia.

    El archivo de EPSA es insondable, y de hecho parte de él ha desaparecido (voluntaria o involuntariamente), pero da igual por dónde empezar o qué formato elegir, con todo obtienes recompensa. Uno de los últimos es el libérrimo especial de casi 7 horas sobre Superestar, la serie de Vigalondo sobre la que funciona como complemento perfecto.


    Hablando de espíritus libres y contraculturales, Esty Quesada es entrevistada en Público por mi querido Enrique Aparicio, que la define como «quizás la única persona verdaderamente ‘incancelable’ del país». Enrique tiene también una sección veraniega en ese diario, llamada Aquellos agostos, en la que charla con diferentes artistas españoles (entre ellos Carlos Areces, Hidrogenesse, o Fernando Méndez-Leite) acerca de su relación con esta estación del año. La última, como decía, es Esty, una habitual también de EPSA (o más bien EPSI, pero esto ya es para iniciados), que deja varios titulares de los suyos.


    Cuando llegue ya el otoño, Miguel Agnes y el también ínclito Brays Efe estrenarán en la Cineteca de Madrid un ciclo llamado Linterna, que consistirá en «una sesión mensual que combina una proyección con una conversación entre amigos, proponiendo una relectura irreverente y luminosa del canon cinematográfico: una forma de reencantar la cinefilia desde la charla, el humor y la inteligencia». Procurarán, además, que se trate de películas que actualmente no pueden encontrarse en plataformas. La primera del ciclo es Cuatro aventuras de Reinette y Mirabelle, de Éric Rohmer.

    No he vuelto a Madrid desde que me fui hace año y medio, y creo que todavía necesitamos darnos un tiempo antes de que eso suceda, pero si estuviera por allí, no me lo perdería, desde luego.


    El programador de la Cineteca es Vicente Monroy, cuyo librito (sirva como diminutivo cariñoso y también de tamaño, pues tiene apenas 100 páginas) Breve historia de la oscuridad. Una defensa de las salas de cine en la era del streaming me regalaron por mi cumpleaños y es una pequeña maravilla muy recomendable. Por aquí dejo también la entrevista que Aimar Bretos le hizo en Hora 25 a propósito del libro. A Vicente da gusto leerle, pero también oírle (y verle, ya que estamos).


    Y para terminar, una canción. Cuando busco un título para las entradas del blog, lo primero que siempre me viene a la cabeza para plagiar es el de una canción ya existente. En este caso, es la que daba título al primer disco de Algora (que está jovencísimo en este vídeo) y además está muy guay.

    0 comentarios


  • Hidrogenesse asociados

    Hoy es el cumpleaños de Ron. Cumple 80 años. Ron y Russell son role models para nosotros (En el backstage del Bilbao BBKLive)

    hidrogenesse (@hidrogenesse.bsky.social) 2025-08-12T21:05:50.267Z

    2 comentarios


  • La nostalgia imaginada

    Coincidiendo con el 86º cumpleaños de Álvaro Pombo, Hidrogenesse publicaban esta maravilla titulada «Imaginado es todo», la primera de las canciones de un álbum que próximamente dedicarán por completo a musicar poemas del escritor español, que ganó el Premio Cervantes el año pasado.

    La admiración de Hidrogenesse ―y más en concreto de Genís Segarra― por Álvaro Pombo no es nueva. Recordemos que uno de los álbumes de Astrud, grupo del que también era componente Genís, tomaba su nombre de un verso de uno de sus poemas, que aparecía reproducido en los créditos del disco.

    Yo dije la verdad lo dije una y otra
    vez a todo el que quiso oírme
    e incluso varias veces a quienes
    no querían oírme no fue un gesto
    excesivo ni me costó trabajo
    sencillamente decidí repetir
    lo que había

    dicho tantas veces ya cuchicheándolo
    en los pequeños oídos
    de las lagartijas
    como un ave desafortunada
    que entona varias melodías
    ligeramente indecisas
    y ninguna emitida para ser escuchada
    o deleitar o entristecer al hombre

    Nada en realidad ha sido pensado
    para que tú lo entiendas
    ningún jeroglífico se dibujó
    minuciosamente para que tú
    te perdieras
    ningún tesoro se escondió
    para que tú lo encontraras

    Tú no existes.

    El otro día encontré en Youtube este fragmento de una entrevista de 2007 (en catalán) en el programa L’hora del lector de TV3, en la que Genís y Manolo, el otro componente de Astrud, hablaban de sus influencias literarias. Ahí está ya Álvaro Pombo, pero también ―cómo no― Noam Chomsky, Góngora o Douglas Coupland, de quien Astrud tomaron prestado otro célebre título, «La nostalgia es un arma». Pero igual de eso hablaremos otro día.

    0 comentarios